lunes, 6 de abril de 2015

El Código Ético




El Código Ético
La metodología de trabajo de una organización así como sus valores e inquietudes de cara al conjunto de sus colaboradores, trabajadores y clientes marca y desarrolla su correspondiente modelo de negocio.

En un escenario económico de tremenda competitividad y bajo “situaciones” donde” el “pillaje” del cliente se sitúa por encima de todo, cobra especial relevancia el “modo” de cómo se presta el servicio o se desarrolla y entrega el producto. Características como la profesionalidad, la atención, la cortesía y el fomento activo de colaboración con proveedores así como actividades reales de desarrollo profesional de los recursos humanos de la empresa se convierten en valores “intangibles a desarrollar por cualquier entidad con objeto de ser (o llegar a ser) empresas de referencia para el conjunto de sus partes interesadas.

El desarrollo en los últimos años de la Responsabilidad Social Corporativa y su consideración en el liderazgo de los dirigentes sitúa a las organizaciones en el centro de una serie de grupos de interés más o menos involucrados en su gestión. Esto actores representan todas aquellas partes que influyen en el trabajo desarrollado por la entidad considerándose entre otros, los trabajadores, los directivos, los proveedores, los clientes , su entorno y medio ambiente y sus competidores. El control de valores asociados a estas variables dentro del Cuadro de Mando de la entidad es fundamental para garantizar el futuro de la cualquier entidad.

Dentro de este escenario el código ético se postula como un conjunto particular de valores que una empresa adopta como elemento necesario para el desarrollo ordenado y eficaz de su actividad y del desarrollo de su misión dentro de su estrategia de gestión, teniéndose en cuenta dos aclaraciones importantes:

-        No se trata de una respuesta a los problemas sino que es una definición del modo de conducir la resolución de las desviaciones o problemas que se detecten.
-       Se rige por el principio de justicia en sus vertientes comunicativa (contratos, acuerdos, ...), distributiva (cargas laborales, salarios, competencia legal, etc.) y legal (disposiciones reglamentarias, impuestos, ...)


Así pues y teniendo en cuenta los diferentes grupos de interés la formulación del código ético se definirá en relación a estos:

Clientes

Destinatarios finales de los productos y servicios de la empresa, su confianza y fidelización es vital para el desarrollo de la organización.

-   Diseño y desarrollo de artículos y servicios que cubran las necesidades de los clientes garantizando su seguridad y salud.
-         Garantía de calidad bajo una correcta relación calidad/precio.
-         Información veraz sobre los productos y servicios.
-     Correcta atención post-venta en todas sus facetas incluyendo la subsanación inmediata de errores en las condiciones del artículo adquirido o servicio prestado.


Competidores

La competencia lícita favorece la transparencia en la actividad económica y garantiza la calidad de productos y servicios.

-         Respeto de los productos y servicios de la competencia.
-      No emplear información confidencial de la competencia en beneficio propio perjudicando aquella.
-         Anuncios de productos y servicios haciendo únicamente referencia a sus características.


Trabajadores

La dignidad humana y la participación de los trabajadores deben “regir” las relaciones de las personas que conforman la empresa.

-         Renumeración justa y adecuada al esfuerzo y aportación desarrollada en la empresa.
-         Trato correcto primando su condición humana (valores y motivaciones) sobre la de “recurso productivo”.
-         Desarrollo de procesos de selección de personal bajo prueba objetivas.
-         Atención a la seguridad, higiene y salud laboral.
-        Eliminación de discriminación por motivos de raza, sexo, religión, estado civil, sindical o político.
-         Exigencia a los trabajadores de fidelidad y buena fe contractual.
-       Estimulación a los trabajadores de su trabajo con atención e interés preservando los bienes e instalaciones de la empresa y actuando de modo que se evite el despilfarro o gasto superfluo.
-    Impedimentos a trabajadores y directivos de aceptación (o solicitud) de dinero, regalos o atenciones “especiales” por parte de clientes o proveedores que puedan condicionar las actuaciones de la empresa.


Socios o accionistas

Sus aportaciones son imprescindibles para el desarrollo de la actividad de la empresa.

-         Deben conseguir la mayor rentabilidad que, en justicia, sea posible.
-         Ausencia de información privilegiada que pueda beneficiar a unos socios frente a otros.
-      Deben ser informados de la realidad económica de la entidad así como de los proyecto de futuro considerándose sus recomendaciones.
-         Deben ser partícipes del código ético.


Proveedores o colaboradores

Parte esencial con derechos y obligaciones similares al resto de grupos.

-         Relaciones de respeto según los principios del libre mercado.
-         No se deben imponer condiciones gravosas o inviables.
-       Valoración de los derechos adquiridos de periodos previos de colaboración a la hora de efectuar modificaciones contractuales.
-         Mantener la lealtad con los acuerdos suscritos.


La Comunidad

Parte interesada que puede ser determinante en el desarrollo de una organización (muy relevante para Konosuke Matsushita).

-         La empresa debe colaborar, en su campo de actividad, con la comunidad donde opera.
-         Debe facilitar la participación en actividades cívicas, culturales o recreativas.
-         Debe atender correctamente sus obligaciones fiscales.


El Medio Ambiente

La obligación moral de mantener un equilibrio ecológico con su entorno es un aspecto relevante a considerar por cualquier entidad.

-         Respeto en sus actividades con el equilibrio ecológico y urbanístico de su entorno.
-         Fomentar el uso de energías limpias o menos contaminantes en su trabajo.
-     Cuidar el espacio próximo tanto como sus propias instalaciones haciendo extensivas a él las medidas de higiene y limpieza.
-         Fomentar la formación de los trabajadores en el respeto y la protección ambiental.



Por último los buenos códigos éticos deben cumplir con las siguientes cualidades:

-         Claridad, como elemento predominante, las directrices marcadas únicamente pueden tener una interpretación.
-        Obligatoriedad, la exigencia de su respeto es esencial para su eficacia a largo plazo, siendo el único medio para su “consolidación” en la estructura de la empresa.
-         Lenguaje positivo, afirmaciones o aseveraciones priman en su redacción frente a prohibiciones.
-         Comunicación, debe ser difundido ampliamente pues su desconocimiento lo hace ineficiente.
-   Revisión periódica, teniendo en cuenta la actividad diaria de la empresa donde se van observando posibles correcciones y clarificaciones.


En pleno siglo XXI, y en su búsqueda de la excelencia, los principios rectores de un buen código ético suponen una ventaja competitiva para las entidades que “realmente” lo implantan, pues contribuye enormemente a su credibilidad, y desarrollan elevando el compromiso del personal interno así como de los colaboradores al incrementar su confianza en la organización y proyectando una imagen de seriedad y confianza hacia clientes y actores externos a la empresa.


“Ser honrado tal y como anda el mundo, equivale a ser un hombre escogido entre diez mil.”
William Shakespeare, escritor inglés (s. XVI-XVII)






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