lunes, 18 de agosto de 2014

El cálculo de la huella de carbono como herramienta de gestión

Los que nos dedicamos a labores de asesoría o consultoría de calidad, medio ambiente o energía en diferentes sectores tenemos una nueva herramienta para medir la actividad global de la organización desde una perspectiva ambiental: la huella de carbono.

Definida como la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEIs) causados directa o indirectamente por una organización, producto o servicio, la huella de carbono, en su vertiente para empresas, nos ofrece un valor de referencia medible, operativo y comparable en el tiempo.

Para su cálculo se pueden emplear diversas metodologías tales como el GHG Protocol, la británica PAS 2050 y la norma ISO 14064. En todas nos encontramos una serie de principios básicos cuya aplicación garantiza que los datos empleados para el cálculo de las emisiones de una organización son correctas y que dicho modelo se mantiene a lo largo del tiempo.

Básicamente el cálculo de la huella de carbono la producción de CO2 en las organizaciones considerando tres vías:


  •  Alcance 1. Emisiones directas de GEI. Ocurren de fuentes que son propiedad o se encuentran controladas por la empresa. Ej. emisiones provenientes de la combustión en calderas, hornos o vehículos propiedad de la empresa.
  •  Alcance 2. Emisiones indirectas de GEI asociadas a la electricidad. Incluye las emisiones de la generación de la electricidad adquirida y consumida por la empresa.
  •  Alcance 3. Otras emisiones indirectas. Estas emisiones son consecuencia de actividades de la empresa pero ocurren en fuentes que no son propiedad o están controladas por la misma. Ej. el transporte de los trabajadores desde su casa al puesto de trabajo o los viajes de negocios en medios de transporte que no son propiedad de la empresa.


El cálculo de la huella de carbono debe abarcar al menos los dos primeros alcances, recomendándose en cualquier caso estudiar la amplitud del alcance 3 (no obligatorio).

En función de los datos recabados en las diversas actividades controladas (kWh., litros de combustible, etc.) y mediante una serie de factores de conversión admitidos la medición se efectúa en CO2eq ya que los gases indicados en el Protocolo de Kioto como máximos responsables del efecto invernadero son: el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido de nitrógeno (N2O), los hidrofluorocarbonos (HCFCs), los perfluorocarbonos (PFCs), el hexafluoruro de azufre (SF2) y desde finales de 2012 el trifluoruro de nitrógeno (NF3), sin embargo se considera que el CO2 es el gas que más influye al calentamiento global del planeta y por ello las emisiones se miden en relación a este gas.

Es de reseñar que recientemente el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente aprobó el Real Decreto 163/2014, de 14 de marzo, por el que se crea el registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono. Este sello oficial reconoce a las empresas que se acojan voluntariamente a esta iniciativa.

Según esta legislación las empresas podrán inscribir su huella de carbono así como los compromisos de reducción de las emisiones de gases efecto invernadero asociados a las mismas y dicha inscripción se llevará a cabo, como mínimo para las emisiones de gases de efecto invernadero directas (alcance 1) y para las emisiones indirectas asociadas a las emisiones de la generación de electricidad adquirida y consumida por la organización (alcance 2). El Ministerio reconoce las verificaciones efectuadas por entidades acreditadas para la ISO 14064, ISO 14069: 2013, ISO 14067, GHG Protocol, PAS 2050 o similar, así como entidades operacionales designadas (EOD) o entidades independientes acreditadas (AIE) por Naciones Unidas en el marco de los mecanismos de flexibilidad del Protocolo de Kioto y otras entidades que puedan ser reconocidas a estos efectos

Para más información consultar:

Como conclusión, creo que el determinar en una organización su huella de carbono, integrando este factor dentro de sus sistemas de gestión (especialmente en Sistemas Ambientales) y teniendo en cuenta su posibilidad de parametrización en relación a horas trabajadas, encargos atendidos, etc., ofrece a las empresas una nueva visión del uso de sus recursos energéticos de un modo global ofreciendo nuevas posibilidades en áreas de mejora y optimización de los negocios además del factor formativo que conlleva este tipo de iniciativas.

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